La astenia primaveral es una sensación de debilidad y falta de vitalidad generalizada, tanto física como intelectual, que reduce la capacidad para trabajar e incluso realizar las tareas más sencillas
¿CUÁLES SON LAS CAUSAS?
Principalmente se debe a alteraciones hormonales que ocasionan cambios en los ritmos biológicos, que deben adaptarse a las nuevas condiciones ambientales, más exigentes en el consumo diario de energía. Es como si el organismo despertara de un letargo invernal, marcado por las bajas temperaturas y las pocas horas de luz diurna.
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS?
- Cansancio y somnolencia durante el día.
- Falta de energía.
- Alteraciones del sueño, especialmente dificultad para conciliarlo.
- Irritabilidad.
- Ansiedad.
- Pérdida del apetito.
- Cefaleas.
- Disminución de la libido.
- Problemas de concentración.
- Falta de motivación.
¿CÓMO SUPERARLA ?
Hidratarse bien. Se recomienda mantener una buena hidratación, beber, al menos, dos litros de agua al día. Así se puede combatir los síntomas como la fatiga o la falta de energía.
Dieta variada y equilibrada. Conviene alimentarse conscientemente para que al cuerpo no le falte ningún nutriente. Los alimentos ricos en TRIPTÓFANO nos ayudarán: aguacate, huevos, plátanos, frutos secos, fresas, pescado azul, cereales integrales, legumbres y semillas.
Evitar la cafeína. Pensamos que el café nos ayudará a mantener el nivel de energía necesario, pero no conviene tomar más de la cuenta si se tiene astenia primaveral.
Hacer ejercicio. Mantenerse activo ayuda a mejorar el estado de ánimo. De hecho, hay estudios que aseguran que las actividades deportivas divertidas y grupales ayudan a reforzar la sensación de vitalidad, tan necesaria cuando se sufre astenia primaveral.
Tomar vitaminas o complementos nutricionales: para sentirte más enérgico y reforzar el sistema inmune.